¿Qué pasa si no pago un seguro?

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¿Qué pasa si no pago un seguro?
¿Qué pasa si no pago un seguro?

Nadie está exento de pasar por una época económica difícil. Un imprevisto, una mala (o nula) planificación de las finanzas personales, o una situación laboral precaria son solo algunos de los motivos que pueden llevarnos a retrasar los pagos de los servicios que tenemos contratados. En este artículo vamos a arrojar luz sobre las consecuencias de dejar de pagar el recibo de un seguro.

Si dejo de pagar un seguro, ¿qué pasa?

Según el artículo 15 de la Ley 50/1980 de Contrato de Seguro, si dejas de pagar la prima inicial o la prima única de una póliza la aseguradora tiene derecho a rescindir el contrato firmado. Pero la compañía de seguros puede ir un paso más allá y recurrir a la vía judicial para exigir el pago de la factura impagada.

La ley también recoge qué sucede en el supuesto de que dejases de abonar cualquiera de los recibos posteriores a la contratación de la póliza. En este caso, la cobertura del seguro queda suspendida un mes después de la fecha de vencimiento.

Para entenderlo mejor, vamos a verlo con algunos ejemplos:

  • Imagina que has contratado un seguro de decesos de prima única pero, llegado el momento del pago, no has abonado la cantidad firmada en la póliza. En este caso, la aseguradora tiene el derecho de rescindir el contrato firmado.
  • Si has suscrito una póliza de vida, por ejemplo, y no haces el pago de la prima inicial, el seguro no entra en vigor y queda cancelado de manera automática.
  • Ahora piensa en un seguro de salud, cuyos recibos suelen liquidarse mensualmente. Si lo contrataste hace 3 años pero, por motivos económicos puntuales, no abonas una de sus primas actuales, cuentas con un “mes de gracia” para seguir disfrutando de las coberturas del seguro. Treinta días después del vencimiento del pago, la aseguradora queda liberada de prestar los servicios contratados y no estará obligada, por ejemplo, a realizar ninguna prueba médica o a atenderte en una consulta.
  • ¿Y qué ocurre con los seguros de decesos? Si incurres en un impago, pierdes todas las ventajas asociadas a este tipo de pólizas y tus familiares tendrán que hacer frente a tu entierro o tu incineración sin la cobertura de un seguro (que en España se sitúa en los 3.500 €)

Además, si la compañía de seguros no reclama la deuda durante los seis meses siguientes al vencimiento de la prima, la ley indica que el contrato quedará extinguido.

Pero, ¿qué sucede si solo se ha tratado un hecho puntual y abonas la prima pendiente?

En este caso puedes estar tranquilo porque, según la Ley de Contrato de Seguro, la cobertura vuelve a tener efecto 24 horas después del pago de la deuda (siempre que el contrato no se hubiese cancelado)

¿Qué otras consecuencias existen si no pago una póliza?

Si dejas de pagar un seguro las consecuencias pueden afectarte a nivel personal, en el ámbito económico y en la esfera legal:

Desprotección a nivel de coberturas

Si decides no hacer frente al pago de una póliza de seguros, quedarás desprotegido de toda cobertura incluida en las condiciones de tu contrato.

Si bien es cierto que, según la Ley de Contrato de Seguro, dispones de un mes para regularizar la situación con la aseguradora, pasado ese tiempo la compañía no está obligada a seguir prestando las coberturas firmadas con anterioridad.

Imagina que, 40 días después del vencimiento del pago, sufres un siniestro en tu hogar; o que necesitas una prueba médica porque presentas una sintomatología grave que requiere de un diagnóstico urgente. En cualquiera de estas situaciones, quedarías desprotegido de toda cobertura de tu póliza.

Historial crediticio desfavorable y aumento de los intereses por los retrasos en el pago

Si dejas de pagar un seguro, no solo incrementarán los intereses de las cuotas que no han sido abonadas, sino que tu historial crediticio se verá afectado (puedes ser incluido en la lista de morosos, impidiendo la posibilidad de contratar cualquier producto con otras compañías de servicios)

Pérdida de primas abonadas hasta la fecha

En los seguros de decesos, por ejemplo, no se produce el reembolso de las cantidades abonadas hasta el impago. Por lo que si falleces, tus familiares y allegados tendrán que desembolsar el 100% de los gastos de tu sepelio. Además, si no llegas a un acuerdo con la compañía, puedes perder los beneficios asociados a determinadas pólizas, como los seguros de decesos de prima nivelada.

Problemas legales

Ante el impago de un seguro, la compañía tiene derecho a acudir a la vía judicial y reclamar legalmente el resarcimiento de la deuda. Además, la cancelación del contrato puede acarrear otro tipo de problemas legales: no puedes tener dado de alta un vehículo sin seguro o, por ejemplo, debes suscribir una póliza de hogar en el caso de que hayas firmado una hipoteca.

¿Qué opciones tengo para no dejar de pagar un seguro?

Como comentábamos al comienzo del artículo, nadie está exento de atravesar una complicada situación económica. Pero si te ves inmerso en una circunstancia de este tipo, lo mejor es ser proactivo y tomar las riendas de la comunicación con la compañía aseguradora.

Si bien es cierto que cada entidad incluye unas cláusulas específicas sobre el impago de primas, siempre puedes ponerte en contacto con la compañía para dar a conocer la situación por la que estás atravesando y explorar diversas soluciones de manera conjunta.

  1. Algunas aseguradoras, por ejemplo, pueden ofrecerte opciones de pago flexibles para que abones las primas de manera escalonada en el tiempo. De este modo, sigues disfrutando de las coberturas de tu seguro con la tranquilidad de tener la suficiente capacidad financiera para hacer frente a los pagos.
  2. Otra opción es plantearte el ajuste de las coberturas. Estudia objetivamente cuáles necesitas y prescinde de aquellas que creas que no se amoldan a tus necesidades actuales. Las pólizas de seguro, sean del ramo que sean, suelen ser muy personalizables. Utilízalo a tu favor para migrar a una póliza más básica que te permita un respiro económico.
  3. Como tercera opción, puedes cancelar la póliza. Si, en estos momentos, mantener la póliza de tu seguro te supone un perjuicio más que un beneficio, plantéate la opción de rescindir el contrato hasta que tus finanzas mejoren.
  4. Por último, antes de suscribir una póliza, consulta con la aseguradora si dispone de una garantía de protección de pagos. De esta manera, quedarás cubierto ante posibles imprevistos como una situación de incapacidad, desempleo o, incluso, fallecimiento.

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