Zona SEPA: qué es, quiénes lo componen y para qué sirve

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La Zona Sepa o Zona de Pago Único de Pago en Euros es un espacio conformado por 36 estados europeos que ha permitido agilizar y fortalecer la seguridad de los pagos en esta moneda. Desde Selectra te informamos para qué sirve, cómo influye, qué países la forman y sus ventajas.

¿Qué es la zona SEPA?

La zona SEPA, acrónimo en inglés Single Euro Payment Area, se define como la Zona Única de Pago en Euros. La misma está formada por 36 países, la mayoría de ellos miembros de la Unión Europea, y en ella tanto los ciudadanos como las empresas que se enmarcan pueden hacer y recibir dinero en igualdad de condiciones, derechos y obligaciones.

• Características destacadas de la zona SEPA
• Todos los pagos en euros están sujetos a los mismos requisitos y reglas. La zona SEPA hizo que entrara en vigor el código IBAN en sustitución del CCC, de tal forma que las transferencias entre los países miembros se realizaran de una forma más rápida y segura
• A efectos financieros, las transferencias dentro de la zona SEPA son igual que las nacionales; no te cobraran comisiones por llevarlas a cabo

¿Cómo se formó la Zona SEPA?La zona SEPA se originó tras la introducción del euro como moneda única en la Unión Europea. El proceso, que partía con el fin de que diferentes operaciones financieras se pudieran hacer igual en el mismo país que en el resto de países, contó con diferentes fases hasta que finalmente en 2015 se estandarizaran las normas en esta zona a la hora de hacer transferencias, domiciliaciones y pagos con las tarjetas bancarias.

¿Qué países forman la zona SEPA?

La zona SEPA la forman los 27 países miembros de la Unión Europea además de Liechtenstein, Islandia, Noruega, Mónaco, San Marino y Suiza. En total, son 36 los estados que conforman este espacio.

Influencia de la zona SEPA en los procesos bancarios

Como ya hemos adelantado, la implantación de la Zona SEPA trajo consigo cambios en lo que a los sistemas de pago se refiere. Esto tiene una influencia sustancial en:

• Transferencias bancarias: todos los estados miembros pueden realizar transferencias entre ellos como si de una nacional se tratara. Esto ha agilizado el pago electrónico, la seguridad en los cobros y la aceleración de los pagos de nóminas y pensiones, entre otros casos
• Tarjetas de crédito y de débito: todos incorporan el chip EMV, lo que obliga a teclear el PIN si se quiere retirar efectivo en los cajeros automáticos y confirmar las compras; una fórmula que hace ganar en seguridad y evita la falsificación de las firmas
• Adeudos directos: sustituye a la antigua domiciliación de recibos española. De esta manera, una persona que cargue un dinero en la cuenta bancaria de un cliente necesita la autorización de este último

En lo que respecta a los adeudos, el receptor de un cargo dispone de 13 meses para solicitar la rectificación de los adeudos, 8 meses para devolver un recibo autorizado cuando el importe supere a lo que el ordenante fijó y 10 días para que el banco devuelva el dinero o rechace la solicitud de devolución.

Ventajas de la zona SEPA

De este modo y tal y como hemos ido argumentando a lo largo del artículo, la zona SEPA ha traído varias ventajas en el sector financiero y bancario:

• Mayor seguridad y rapidez a la hora de realizar pagos y transferencias
• Menos dificultades para efectuar pagos internacionales
• Disponer de una única cuenta bancaria para llevar a cabo todas las operaciones financieras
• Mayores facilidades para ejecutar los pagos, lo que da lugar a unas nuevas formas más innovadoras y digitalizadas