El sencillo gesto que los expertos en energía aconsejan para combatir la ola de frío sin disparar la factura

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Frío Navidad

La semana de Navidad llega marcada por un giro invernal en gran parte de España: borrascas encadenadas, entrada de aire frío y temperaturas por debajo de lo habitual, con lluvias, nieve y heladas en muchas zonas. Con este escenario, pasamos más horas en casa y el impulso casi automático es subir la calefacción. Sin embargo, cuando el frío aprieta de verdad, no siempre es la temperatura exterior la que explica por qué no terminas de estar a gusto en tu propio salón.

Cuando llega el frío invernal, el problema no siempre está fuera

Esta semana de Navidad, el tiempo en gran parte de España viene marcado por la llegada de aire frío y varias borrascas. El resultado será un ambiente plenamente invernal, con temperaturas más bajas de lo habitual, heladas durante la noche y episodios de lluvia y nieve, especialmente en el norte, el interior peninsular y las zonas de montaña.

Con este contexto de ambiente invernal, es fácil pensar que sentir frío en casa es inevitable y que la única solución pasa por subir la calefacción. Sin embargo, incluso con el sistema funcionando correctamente, muchas viviendas pierden calor por detalles que pasan desapercibidos: exceso de humedad acumulada, corrientes de aire o paredes y suelos que no llegan a templarse.

El resultado es una sensación térmica más baja de lo esperado, que invita a subir grados sin que eso solucione realmente el problema, porque el frío que se nota no siempre viene del exterior, sino de cómo se conserva (o se pierde) el calor dentro de casa.

Ventilar también ayuda cuando hace frío (aunque parezca lo contrario)

Cuando fuera llueve, nieva o las temperaturas rozan los cero grados, abrir las ventanas puede parecer absurdo. Sin embargo, durante las fiestas es habitual cocinar más, reunir a muchas personas en casa y mantener la calefacción encendida durante horas, lo que hace que la humedad interior se dispare.

El aire húmedo es más difícil de calentar y hace que el frío se note más. Por eso, una ventilación corta y eficaz (5 a 10 minutos con las ventanas bien abiertas, a media mañana o justo después de cocinar) elimina el exceso de humedad sin enfriar paredes ni suelos. La casa se calienta antes y el ambiente resulta mucho más confortable.

¿Cuál es la humedad justa para no pasar frío en casa?

Para que tengas una referencia, el ambiente en casa suele sentirse más agradable cuando la humedad está entre el 40% y el 60%. Por debajo, el ambiente se nota más seco y el frío se percibe antes; por encima, el aire se vuelve más cargado y el frío resulta más molesto.

Para comprobarlo, basta con usar un higrómetro, un pequeño aparato que mide la humedad del aire y que incluso viene integrado en muchos termostatos digitales. En pocos minutos puedes saber si el frío que notas tiene más que ver con el ambiente que con la calefacción.

Aprovecha el calor que ya has generado en casa

En Navidad hay un aliado inesperado para el confort térmico: el horno. Si vas a preparar comidas largas que implican su uso, como el cordero, dejar la puerta abierta unos minutos permite que el calor acumulado se libere hacia la cocina y estancias cercanas.

Es energía que ya has utilizado y que puede ayudar a templar el ambiente sin esfuerzo adicional, aliviando momentáneamente el trabajo de los radiadores.

Pequeños gestos que se notan justo cuando el frío aprieta

Cuando el ambiente exterior es plenamente invernal, como el que se espera estos días con la llegada de aire frío, chubascos y precipitaciones, estos ajustes marcan más diferencia de lo que parece. Son pequeños cambios que no cuestan nada y que pueden mejorar mucho la sensación térmica sin necesidad de tocar el termostato:

  • Cierra las puertas de las habitaciones que no usas para concentrar el calor en las zonas donde haces vida.
  • Coloca alfombras en suelos fríos, ya que reducen la sensación de frío que sube desde el suelo y mejoran el confort al instante.
  • No tapes los radiadores con muebles, sillones o cortinas: necesitan espacio para repartir el calor correctamente.
  • Añade una capa de ropa antes de tocar el termostato (el mejor aislante sigue siendo el que llevas puesto).

Sentirse mejor en casa no siempre pasa por subir más grados la calefacción

Con el tiempo invernal asentado esta Navidad, no siempre hace falta forzar la calefacción para estar cómodo. Muchas veces, el confort mejora más ajustando el ambiente interior que subiendo la temperatura.

Cuando el calor se conserva bien y el aire está equilibrado, la casa se siente más agradable incluso en los días más fríos del invierno. Subir el termostato es la solución fácil, pero también la más cara.

Por eso, antes de tocar los grados, comprueba si tu casa está “respirando” bien: humedad, corrientes y conservación del calor, y recuerda que los pequeños ajustes hoy pueden marcar la diferencia en confort (y en la factura) cuando llegue enero.

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