Cómo ahorrarte 3 semanas sin calefacción: el truco para no encender los radiadores cuando llegue el frío

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¿Es posible aplazar el encendido de la calefacción varias semanas aunque empiece a hacer frío? Puede sonar demasiado optimista, pero con una serie de medidas sencillas y ordenadas en el tiempo muchos hogares consiguen retrasarlo hasta tres semanas. Con la llegada del otoño y las primeras temperaturas frescas, te explicamos paso a paso cómo sacar partido del sol, evitar pérdidas de calor y administrar mejor los espacios para ahorrar en la factura.
Calor pasivo: aprovecha lo que te regala el sol
Antes incluso de pensar en producir calor, lo más eficiente es conservar y potenciar la energía gratuita que entra por tus ventanas. Durante las horas de sol, convierte las estancias de día en auténticos captadores de calor:
- Abrir persianas y cortinas de las ventanas orientadas al sur para dejar entrar la radiación solar y calentar suelos y muros.
- Los materiales del interior (suelos de piedra, paredes, muebles) acumulan calor y lo liberan lentamente cuando baja la temperatura exterior.
Al atardecer, invierte la operación: cierra persianas y corre las cortinas gruesas para crear una barrera térmica. Las ventanas son uno de los principales puntos de pérdida de calor; un cortinón o unas cortinas con forro térmico reducen esas fugas de forma notable.
Detecta y sella las fugas: la medida con mejor retorno
Si el calor se escapa, cualquier otra acción pierde eficacia. Hacer una revisión rápida y sellar corrientes de aire es una de las intervenciones más rentables:
- Revisa juntas de ventanas y puertas; unos burletes adhesivos cuestan poco y evitan infiltraciones.
- Coloca doble felpa o burlete en la base de las puertas que dan a garajes o exteriores.
- Un suelo frío (sobre todo si hay sótano o garaje debajo) enfría toda la estancia; una alfombra gruesa aporta confort y actúa como aislamiento.
Organiza el espacio para que el calor rinda más
La distribución del mobiliario y el uso racional de las estancias influyen directamente en la sensación térmica:
- No coloques muebles voluminosos frente a radiadores; la circulación del aire caliente debe ser libre para calentar de forma homogénea.
- Limita la calefacción a las zonas que realmente usas: mantén cerradas habitaciones de invitados o despachos vacíos para concentrar la energía donde estás.
- Con estas prácticas es común percibir la casa hasta 1–2 °C más cálida sin consumir más energía.
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Si hace falta, recurre a calefacciones de apoyo puntuales
Cuando una estancia se resiste a entrar en calor, puede ser más eficiente utilizar un equipo puntual que encender toda la instalación central:
- Radiadores de aceite: acumulan calor y lo mantienen tras apagarlos.
- Convectores o paneles cerámicos: calientan rápido estancias pequeñas.
- Pequeños calefactores de aire para baños: útiles de forma puntual y durante períodos cortos.
¿Por qué hablamos de tres semanas?
El cálculo no es exacto para todos los hogares, pero los expertos en eficiencia energética coinciden en que, aplicando estas medidas, se puede retrasar de media entre dos y tres semanas el encendido de la calefacción. El motivo es sencillo: en octubre y primeros días de noviembre, las temperaturas suelen ser frescas pero no gélidas, de modo que aprovechar el sol, tapar fugas y aislar mejor la casa es suficiente para mantener el confort sin encender los radiadores. A partir de mediados de noviembre, cuando las mínimas bajan más y el frío se instala de forma continua, estos trucos ya no bastan por sí solos y lo normal es recurrir al sistema de calefacción.
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