Este es el programa de la lavadora que casi nadie conoce: limpia igual y reduce el consumo en cada colada
La lavadora es uno de los electrodomésticos que más energía consume en casa, pero no siempre por culpa del aparato, sino por cómo la usamos. Elegir bien el programa puede marcar la diferencia entre una colada eficiente y otra que dispare tu factura, y aquí es donde entran en juego el ECO, el lavado en frío y los ciclos rápidos.
¿Por qué la lavadora gasta tanto?
Aunque lo que más vemos es el tambor girando, el motor de la lavadora no es el gran culpable del consumo. Hasta un 80–85% de la energía que usa en cada ciclo se va solo en calentar el agua. Por eso, dos lavados iguales, pero uno a 30 ºC y otro a 60 ºC, pueden tener consumos muy diferentes.
También influye la duración del programa y la antigüedad de la lavadora: ¿sabías que un modelo antiguo puede consumir casi el doble que uno moderno de alta eficiencia con etiqueta A o B? Según la OCU, una lavadora puede durar una media de 12 años.
Programa ECO: el mejor aliado para el día a día
El programa ECO suele ser el más recomendable para la ropa de diario con suciedad normal. Dura más (a veces más de tres horas), pero está diseñado para:
- Trabajar con temperaturas más bajas (30 ºC o 40 ºC).
- Aprovechar tiempos de remojo más largos, que ayudan al detergente a actuar mejor.
- Usar menos potencia para calentar el agua, repartida en más tiempo.
Como resultado, el contador de la luz sube más despacio, aunque la lavadora esté funcionando durante más rato.
Lavado en frío: cuando la ropa no está muy sucia
Si la ropa no está especialmente manchada, un lavado en frío o a 20–30 ºC es más que suficiente. Los detergentes actuales están formulados para limpiar bien a baja temperatura y, al no calentar el agua, el consumo se reduce al mínimo imprescindible para mover el tambor. Es una buena opción para camisetas, vaqueros, ropa de diario y colores que quieres mantener como nuevos.
¿Y los programas rápidos? Úsalos con cabeza
Los programas de 15 o 30 minutos son útiles cuando tienes prisa y la ropa está poco sucia, pero no siempre son los más eficientes. Para calentar el agua rápido, la lavadora puede necesitar más potencia en menos tiempo, lo que hace que, por ciclo, no siempre ahorres. Por eso, lo ideal es reservarlos para emergencias o pequeñas coladas, no como programa principal de la semana.
¿Cuándo tiene sentido lavar a alta temperatura?
Hay casos en los que sí conviene subir a 60 ºC: ropa blanca muy sucia, toallas, sábanas o prendas que necesiten una desinfección más profunda. Los 90 ºC deberían ser la excepción, porque el consumo se dispara.
Por eso, una buena norma práctica es usar el programa ECO o 30 ºC para casi todo y reservar los programas más calientes solo para las prendas ue realmente lo necesitan.
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Hábitos que multiplican el ahorro (más allá del programa)
A continuación, te mostramos una serie de hábitos que pueden ayudarte a ahorrar energía y evitar que tu factura de la luz se dispare:
- Llenar bien el tambor (sin sobrecargar): si lavas siempre con poca ropa, haces más coladas de las necesarias.
- Elegir un buen centrifugado (por ejemplo, 1200 revoluciones por minuto): consume poco más, pero deja la ropa mucho más seca y reduce el uso de secadora. En la mayoría de lavadoras actuales, el centrifugado se puede ajustar manualmente (800, 1000, 1200 o incluso 1400 rpm).
- Mantener filtros y goma limpios: una lavadora sucia trabaja peor y puede necesitar más tiempo o repetición de lavados.
- Si tienes una tarifa con horas más baratas en ciertos momentos del día (con discriminación horaria), programa la lavadora para esos tramos y aprovecha el precio valle.
Lo que estos cambios suponen para tu factura de la luz
La lavadora representa, de media, en torno a un 10–11% del consumo eléctrico de los electrodomésticos de un hogar. No parece mucho, pero si sueles lavar a 60ºC o usas siempre programas cortos a alta temperatura, ese porcentaje puede subir rápido.
Pasar de lavados frecuentes a 60ºC a un uso mayoritario de ECO a 30ºC o en frío, llenar bien el tambor y aprovechar las horas baratas puede suponer, a lo largo del año, un ahorro significativo en la factura sin renunciar a tener la ropa limpia.
En resumen: el programa que eliges y cómo usas la lavadora importa tanto como la etiqueta energética del aparato. Ajustando tus hábitos puedes conseguir que cada colada cueste menos, incluso aunque los precios de la energía sigan altos.
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