Este error que todos cometemos con el horno hace más cara la factura de la luz sin darnos cuenta

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El error con el horno que encarece nuestra factura

Seguro que más de una vez has encendido el horno "por si acaso", mientras preparabas una pizza o una lasaña. Es un gesto casi automático, tan común que ni siquiera nos lo cuestionamos. Pero ese pequeño hábito, repetido varias veces a la semana, puede hacer que tu factura de la luz sea bastante más cara de lo necesario. Y lo peor: casi nadie sabe que tiene un impacto directo en el consumo eléctrico.

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El error que todos cometemos (y cómo nos cuesta dinero)

Precalentar el horno sin que sea realmente necesario o abrir la puerta durante la cocción son dos costumbres que, aunque parezcan inocentes, disparan el gasto energético. Según la guía de Naturgy, cada vez que abrimos el horno mientras cocinamos, se pierde un mínimo del 25 % de la energía acumulada en su interior. Es decir, el aparato necesita volver a calentar el aire a la temperatura anterior, con el consiguiente consumo de electricidad.

Además, la propia compañía recuerda que para las cocciones que duran más de una hora no hace falta precalentar el horno. Muchos modelos modernos, sobre todo, los que tienen circulación forzada de aire, reducen el tiempo de cocción hasta en un 15 %. Por tanto, calentar el horno “por costumbre”, incluso cuando vamos a meter algo tan simple como una pizza, una empanada o un plato precocinado, supone gastar energía sin ningún beneficio real.

Cómo usar el horno de forma más eficiente

Apostar por una cocina más eficiente no implica renunciar a usar el horno. Solo se trata de hacerlo con cabeza. Aquí van algunos consejos prácticos basados en las recomendaciones de Naturgy:

  • Aprovecha el calor residual: apaga el horno unos minutos antes de terminar la cocción; el calor que queda dentro será suficiente para finalizar la receta.
  • No abras la puerta constantemente: cada vez que lo haces, pierdes una cuarta parte de la energía. Usa la luz interior y la ventana para comprobar el punto de cocción.
  • Evita precalentar sin motivo: en recetas sencillas o con cocciones largas, no es necesario. Solo incrementa el consumo eléctrico.
  • Usa recipientes adecuados: el barro o el vidrio conservan mejor el calor que otros materiales, lo que permite cocinar con menos tiempo y energía.
  • Mantén el horno limpio: la grasa acumulada puede afectar a su rendimiento y provocar un consumo mayor.

Por qué todo esto importa más de lo que parece

En tiempos en los que la luz sube y baja cada mes, cuidar estos pequeños detalles puede marcar la diferencia. Se trata tanto de ahorrar como de reducir nuestro impacto energético y hacer un uso más inteligente de los recursos. Al fin y al cabo, gran parte del consumo en el hogar viene, precisamente, de los electrodomésticos que usamos casi sin pensar.

Si además, combinas estos gestos con otros hábitos, como cocinar varios platos a la vez o aprovechar el horno cuando ya está caliente, notarás el cambio en tu factura y en tu forma de consumir energía.

Y es que, tal y como nos recuerda Naturgy, la eficiencia energética no es una moda: es una forma sencilla y práctica de ahorrar hasta un 40 % en la factura y cuidar el planeta al mismo tiempo. Así que la próxima vez que vayas a encender el horno, piénsalo dos veces. Tal vez no haga falta precalentarlo... y tu bolsillo te lo agradecerá.

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