La película que sembró el pánico en los 90 vuelve convertida en un thriller psicológico: ya puedes verla en Disney+

Por Ricardo Guillén Amo

Especialista en Telecomunicaciones

¿Te atreverías a dejar a tus hijos al cuidado de una completa desconocida? Esa es la inquietante pregunta que vuelve a plantear 'La mano que mece la cuna', el remake del clásico thriller psicológico de 1992 que acaba de llegar directamente a Disney+. Una nueva versión que actualiza el miedo a "la niñera perfecta" con temas como la maternidad moderna, la diversidad sexual y la presión por conciliar trabajo y familia.

El clásico de los 90 que vuelve a tu salón en clave 2025

La película original de 1992, dirigida por Curtis Hanson, se convirtió en todo un fenómeno por su historia sobre una niñera aparentemente ideal que escondía un plan de venganza contra la familia que la contrata. Más de 30 años después, Disney recupera esa misma premisa, pero a la vez le da un giro contemporáneo: ahora la acción se centra en Caitlin Morales (Mary Elizabeth Winstead), una abogada de éxito embarazada, con buena posición económica y muy comprometida con causas sociales.

En uno de esos casos pro bono conoce a Polly Murphy (Maika Monroe), una joven encantadora, con graves problemas económicos y que asegura que adora a los niños. Caitlin acaba de tener a su segundo hijo, está desbordada entre el trabajo, la maternidad y el cansancio acumulado, y ve en Polly la ayuda perfecta: primero como niñera ocasional y, poco después, como niñera interna que se instala en su casa para echar una mano con todo.

De la ayuda ideal a la pesadilla dentro de casa

Al principio todo parece idílico: la nueva niñera se integra sin problemas, la casa está más ordenada que nunca y los niños la adoran. La relación con Emma, la hija mayor, se vuelve cada vez más estrecha, mientras Caitlin intenta recuperar el control de su vida tras el parto y la posible sombra de una depresión posparto.

Pero poco a poco empiezan las señales de alarma. Polly toma decisiones por su cuenta, manipula pequeños detalles del día a día (medicación, comidas, normas de la casa) y va tensando la convivencia con gestos mínimos pero muy calculados. Al mismo tiempo, se vuelve prácticamente indispensable: organiza, cuida, gestiona… hasta el punto de que el matrimonio decide que se quede a vivir en la casa de invitados.

A partir de ahí, el hogar que debería ser el lugar más seguro se convierte en un territorio lleno de sospechas, miradas incómodas y secretos. Caitlin empieza a preguntarse si está perdiendo la cabeza… o si realmente ha dejado entrar en su casa a alguien mucho más peligroso de lo que pensaba.

Disney+

Un thriller psicológico muy actual: maternidad, clase y deseo

La nueva 'La mano que mece la cuna' se aleja del terror más clásico de villana implacable para acercarse al thriller psicológico. La película se centra en las dudas de Caitlin: ¿es Polly una amenaza real o la propia maternidad, el estrés y el miedo están distorsionando su percepción de la realidad?

El remake introduce además cuestiones muy presentes hoy en día: la crianza respetuosa, la culpa por no llegar a todo, el coste de la vida en las grandes ciudades y la desigualdad entre quien puede pagarlo todo y quien apenas llega a fin de mes. También suma una capa de tensión extra con una clara atracción entre las dos protagonistas: Polly es lesbiana y Caitlin admite haber tenido relaciones con mujeres en el pasado, lo que añade un componente de deseo y ambigüedad a su relación.

En este nuevo enfoque, las dos mujeres dejan de ser simplemente "madre perfecta" y "niñera malvada" para convertirse en figuras mucho más grises e inestables. La película juega con la idea de que, bajo la superficie de una vida aparentemente ideal, pueden esconderse traumas, frustraciones y decisiones muy cuestionables.

¿Merece la pena ver 'La mano que mece la cuna' en Disney+?

Aunque muchos coinciden en que no alcanza el nivel de tensión ni el impacto de la película de 1992, este remake ofrece un visionado entretenido, con momentos inquietantes y un tono más moderado que recurre a la violencia explícita solo en contadas ocasiones. Críticas recientes destacan que cumple con lo básico del género, pero que quizá podría haber arriesgado más en su propuesta.

A su favor, la cinta tiene dos protagonistas muy sólidas y una lectura moderna sobre la maternidad, la confianza y el miedo a perderlo todo. Si viste la original, disfrutarás comparando ambos enfoques y cazando guiños al clásico. Y si no, puede ser una buena puerta de entrada a este tipo de thrillers domésticos en los que el enemigo está, literalmente, dentro de casa.