Así son las apps de rastreo de contactos covid en diferentes países europeos

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La segunda ola de COVID se está extendiendo por toda Europa con una rapidez preocupante. Entre las muchas medidas destinadas a tomar el control de la situación, las soluciones digitales -como las aplicaciones de rastreo de contactos- son un común en todos los países. Estas, gracias al sistema Gateway (dispositivo que actúa de interfaz de conexión entre aparatos) , podrán empezar a "comunicarse" entre sí en muy poco tiempo.

En este contexto, Selectra -compañía que ayuda a los clientes a comparar y elegir las mejores tarifas y soluciones para la conectividad de teléfonos móviles y fijos- ha elaborado un análisis internacional de las diferentes aplicaciones disponibles en toda Europa para rastrear los contactos de COVID.

Aplicaciones de rastreo COVID: ¿Qué son?

Immuni en Italia, StopCovid en Francia, Radar COVID en España, Corona-Warn-App en Alemania, NHS COVID-19 en el Reino Unido, StayAway Covid en Portugal, Stopp Corona en Austria, COVID Tracker en Irlanda... Diferentes nombres, diferentes programadores, diferentes fechas de lanzamiento, presupuesto asignado y tasa de penetración, pero, en esencia, la misma función: todas son aplicaciones que permiten rastrear contactos aleatorios con personas que más tarde dieron positivo en COVID-19; personas que no se conocen pero que, por casualidad, tuvieron un contacto cercano, por ejemplo, en el transporte público o en la cola del supermercado.

Similitudes: ¿Qué tienen en común estas apps?

Todas las aplicaciones de rastreo son de alcance nacional, gratuitas y desarrolladas o promovidas por el Gobierno. Todas ellas se basan en la tecnología Bluetooth para rastrear contactos entre teléfonos móviles, y lo hacen sin compartir datos personales.

Los dispositivos móviles se "comunican" intercambiando códigos aleatorios especiales y "recuerdan" los encuentros, alertando en caso de contacto durante no menos de 15 minutos en un espacio cercano, con un usuario que más tarde se comprobó que era positivo. En todos los casos, la información sobre un caso positivo debe ser introducida manualmente por el propio usuario, ya que no es compartida automáticamente por una institución médica o gubernamental.

A pesar de estas características comunes, las aplicaciones han tenido una acogida y un uso muy diferente en estos países europeos, con unos números de descarga muy desiguales.

Reino Unido y Bélgica: los recién llegados

La aplicación COVID-19 desarrollada por el sistema de salud pública del Reino Unido es una de las aplicaciones más nuevas e interesantes de la lista. El 24 de septiembre fue su debut oficial y, en tan sólo unos días, ya era una de las apps más descargadas: solo el primer día obtuvo 6 millones de descargas (el 9% de la población) y tres días después este número alcanzó los 12,5 millones de personas - casi el 19% de la población-. Calificada con un 4,8 sobre 5 en la Apple Store y disponible en 10 idiomas, la app ofrece más funcionalidades que las aplicaciones de otros países.

Además de rastrear los contactos directos, también permite ver el riesgo actual en cada área local, monitoriza los lugares en los que estuvo un usuario que luego reportó un brote, revisa los síntomas, permite coger citas para una prueba gratuita si es necesario, obtiene los resultados de las pruebas y cuenta los días que quedan de confinamiento a las personas que den positivo. La aplicación no recoge los datos personales, salvo el código postal, el cual hay que introducir mientras se realiza el registro en la app.

El Coronalert belga es una app aún más reciente. Basado en el Corona-Warn-App alemán, fue lanzada el 30 de septiembre y, al igual que su homónimo germano, también ha mostrado un nivel de descargas aceptable, con más del 5% de los belgas instalándola en su teléfono en sólo un par de días.

 

Alemania e Irlanda: récord de descargas

En Alemania, la aplicación Corona-Warn-App ha sido desarrollada por el instituto gubernamental Robert Koch-Institut y fue lanzada a mediados de junio. La app ya ha sido descargada por casi el 22% de la población, lo que supone una de las mayores tasas de penetración entre las aplicaciones examinadas. También goza de una calificación de 4,4 sobre 5 basada, con un total de casi 50 mil reseñas. Después del pico inicial de descargas, ha entrado en una fase más "plana", cada vez con menos gente instalándola en sus teléfonos móviles.

En Irlanda, la app COVID Tracker, lanzada a mediados del verano y calificada con 4,3 sobre 5 (casi tan alto como la aplicación alemana), permite compartir voluntariamente muchos datos personales, como el sexo, la edad, la ciudad e incluso el número de móvil y la dirección IP. Esto implica una mayor transparencia en cuanto a los datos personales aportados en comparación con la mayoría de las otras aplicaciones.

Asimismo, la aplicación está disponible en 7 idiomas, incluido el inglés, y ya ha sido descargada por el 26% de la población.

España y Portugal: Al ritmo de las demás

El lanzamiento a nivel nacional de RADAR COVID fue solo hace un par de semanas, concretamente el 15 de septiembre, a pesar de que la versión beta estuvo disponible ya el 29 de junio. La aplicación, en apenas unos días, ha sido descargada por casi el 10% de la población, un porcentaje similar al de Italia, algo reseñable teniendo en cuenta que la app italiana salió tres meses antes que la española. A pesar de una muy modesta apreciación por parte de los usuarios - la aplicación tiene una puntuación media entre 3,2 y 3,6 sobre 5, la más baja de la lista- a partir de finales de septiembre la aplicación se encuentra incluida en los sistemas operativos de Apple y Android por defecto, por lo que ya no necesita ser descargada.

La aplicación portuguesa, StayAway Covid, clasificada con un 4.2 en la App Store y 3.7 en Google Play, fue estrenada hace tan sólo un mes, concretamente el 1 de septiembre. Sin embargo, al igual que en España, la aplicación ya ha sido descargada por casi el 12% de la población (1,26 millones de personas), y más de un centenar de personas infectadas con la Covid-19 ya han informado de sus condiciones de salud en la aplicación.

Italia: el Gobierno está pidiendo a la población que la descargue

En Italia, el Primer Ministro hizo un llamamiento a nivel nacional en el que pedía a los medios de comunicación promover la instalación de la app Immuni, que ya ha sido descargada más de 350 mil veces sólo en el primer fin de semana de octubre. Así, para el Primer Ministro, es una "obligación moral" descargarla. La tasa de penetración de la aplicación, lanzada y descargada actualmente por el 13% o 18% de la población entre 14 y 75 años, todavía está lejos del objetivo del 60%, que, según las autoridades nacionales, es necesario para su funcionamiento eficiente.

Austria: únicamente un 11% la ha descargado en los 6 meses que lleva en activo

En el caso austriaco, la aplicación Stopp Corona, desarrollada por la Cruz Roja Austriaca y Accenture, fue lanzada el 25 de marzo de 2020. Esta funciona gracias a la combinación de 2 claves - una TEK (clave de exposición temporal) y una RPI (identificador de proximidad rodante), que impiden cualquier transferencia o reconocimiento de datos personales. En más de 6 meses desde su lanzamiento, solo ha sido descargada 1 millón de veces, lo que significa que ha sido instalada por, al menos, el 11% de toda la población austriaca, o el 14% de todos los usuarios de smartphone en Austria.

Francia: escepticismo ante la aplicación

Francia, a pesar de que en junio fue uno de los primeros países en poner la aplicación a disposición para su descarga, sigue contando con la tasa más baja de descarga entre los países involucrados en el informe, con apenas un 3,5%.

La desconfianza general hacia la aplicación tiene su explicación en el temor a una posible fuga de datos personales, algo extendido incluso entre la élite política. Tanto es así que, hace unos días el Primer Ministro francés, Jean Castex, dijo a la prensa que no se había descargado la aplicación.

En línea general, aún es pronto para evaluar la eficacia de estas apps de rastreo. Habrá que seguir esperando un poco más para conocer si realmente estas aplicaciones son lo suficientemente utilizadas por la población para conseguir evitar, en la medida de lo posible, la propagación del virus.