Hielo inflamable: ¿la nueva energía del futuro?
Parece que el fin del petróleo es una realidad cada vez más cercana. Así, los especialistas advierten que este dejará de existir en unos 30 años. Una noticia ciertamente alarmante al tratarse de una de las principales fuente de energía, seguida del gas natural y el carbón. Por este motivo, los investigadores se han puesto manos a la obra en la búsqueda de nuevos recursos energéticos, con el fin de estar prevenidos en el caso de que algunos de estos comiencen a escasear. ¿Resultado? Te presentamos el hielo inflamable.
¿Qué es este nuevo recurso energético?
Se trata de un importante hallazgo de una sustancia encontrada en las profundidades del mar situado alrededor de Japón. El hielo combustible, como también se le conoce, no es más que una composición de hielo y gas que contiene moléculas de metano debido a la descomposición de la materia orgánica, por lo que si se saca a la superficie y se enciende un fósforo cerca no solo se derrite, sino que se prende fuego. De esta forma, este tipo de hielo podría utilizarse como combustible.
Dificultades de extracción del hielo inflamable
La extracción de esta sustancia conlleva una gran dificultad, ya que los hidratos de metano se encuentran a una profundidad de 500 metros aproximadamente, donde la temperatura es muy baja y la presión muy elevada, por lo que extraerlo en estas condiciones conlleva que el hielo se pueda descomponer antes de que se pueda aprovechar el metano. Por este motivo, el gobierno japonés ha financiado un programa de investigación para poder explorarlo y planea comenzarlo entre 2023 y 2027.
Otras alternativas
Además de encontrar este mineral en los lechos de las profundidades marinas, hay otros lugares de depósito de metano que está llamando la atención de muchos investigadores. Se trata de depósitos menos profundos, como es el caso del permafrost, la capa de roca congelada que cubre el suelo de las regiones polares.
Esta prometedora fuente de energía puede ser uno de los nuevos descubrimientos que resuelva las futuras crisis energéticas. Todo dependerá de la rapidez con la que se pueda acceder a este mineral y de la forma en la que se produzca a escala comercial.